RECUERDOS DE .....(Luis Villacé)

Recuerdos de transición.-

 Desde una edad avanzada se siente vértigo al dejar volar la memoria hacia momentos históricos de la vida más temprana, cuando la actividad frenética de la tarea diaria estaba llena de acontecimientos novedosos. Entonces la vida era una manifestación de pensamientos que, al instante, eran acciones implementadas con alegría de juventud como las que se llevan a cabo a través del juego o de la risa. Era a principios de los años ochenta del siglo pasado en que se comenzaban a asentar valores democráticos frente a frecuentes escarceos de involución.

Esta situación tenía visibilización sobre todo en el mundo de la política como máximo exponente público, pero también se percibía en todos los órdenes sociales como la familia, la empresa, instituciones administrativas, etc. Las relaciones sociales habían cambiado notablemente. Habían dado un gran paso desde la verticalidad a la horizontalidad, desde el autoritarismo a una cierta forma de acracia, desde el Dios de la fe como referencia a la Diosa de la razón como primera referencia. Y en este contexto filosófico y social se produjo el cambio de rumbo del Instituto de FP de primer y segundo grado de la ciudad de Xativa.

La Dirección hasta entonces había sido fiel a los órganos superiores partidarios del inmovilismo, repetitivo de conductas ancladas en el pasado, donde la formación se consideraba como el resultado de un aprendizaje que se obtenía al modo de “cortar y pegar”, de tal manera que se podía entender cómo un adolescente entraba de botones en un banco para llegar a ser el director del banco con el paso del tiempo. Entonces el organigrama y la funcionalidad del Centro se había construido con tanta rigidez que el paradigma era mantener una estructura piramidal en la que solo la cúspide ejercía el poder de mantenimiento del sistema, mientras que el alumnado y el profesorado -la base poblacional de la pirámide- eran conducidos e inducidos como ovejas sin pastor, Pero en el Centro había una nueva filosofía implementada por una mayoría de profesores estables, con una juventud innovadora y dotada de una dialéctica arrolladora que puso a los alumnos como la única justificación de su existencia.

 A partir de ahí, surgió una nueva forma de entender la educación y, en consecuencia, una nueva directiva que tenía por bandera hacer de los alumnos...¡mejores alumnos!... en todos los órdenes de la vida; dignificar a los alumnos de formación profesional haciendo que se sintieran orgullosos de sus estudios frente a la marginación social en la que estaban clasificados con los adjetivos más peyorativos del lenguaje; promover una educación integral fundamentada en los conocimientos básicos humanísticos, científicos y tecnológicos y combinada con aspectos lúdicos propios de la edad juvenil.

 Hacía ya una década de la vigencia de la Ley de Educación de Villar Palasí que regulaba la Formación Profesional y, sin embargo, en la mente de ciertos estamentos educativos persistía la idea de que se trataba simplemente de un aprendizaje de oficios, menospreciando otros valores contemplados en la reglamentación de la FP y en los principios que rigen la psicología y pedagogía juveniles. Había que divulgar, pues, en toda la comarca de Xativa la Formación Profesional y la variedad de especialidades que se impartían en el instituto. Para ello hubo que delimitar las actuaciones que habían de llevarse a cabo. Consideramos entonces que la actuación principal era en los Colegios de EGB, donde informamos de la Formación Profesional en general, así como de las distintas enseñanzas profesionales impartidas en nuestro Centro. Obviamente la actuación informativa iba dirigida, como destinatarios principales, a los alumnos de octavo de EGB de la ciudad de Xativa, y nuestra actuación directa también llegó a algunos pueblos próximos por tener el Centro un carácter comarcal. Aparte de esta actuación se fomentaron reuniones con las APA, las cuales se convirtieron en ayudantes importantes en este proceso educativo. Tanto fue así, que tuvieron un gran significado económíco en la compra de material fungible para las prácticas de los distintos talleres, frente a la penuria que por aquellos tiempos padecíamos con las prestaciones asignadas por la Administración. También hubo reuniones conjuntas de las directivas del Instituto José de Ribera y del Instituto de FP, con padres de futuros alumnos, para informar de la doble oferta educativa, así como contestar a las preguntas sobre la orientación profesional que podrían servir de ayuda a sus hijos.

La Formación Profesional en Xativa y su comarca ya se había hecho visible, los medios de comunicación de la zona se habían interesado por la gran desconocida y marginada FP, ya tenía voces defensoras sobre su bondad y su conveniencia que despertaba el interés por estas enseñanzas. Y las mejores voces fueron el testimonio de los padres y alumnos que hicieron crecer la demanda de los estudios de FP. Ello motivó que en tres años hubiera pasado la matrícula de 450 alumnos a más de 800 alumnos, lo que planteaba irremediablemente dar solución inmediata, mediante la ampliación del Centro o la creación de uno nuevo.

 La buena convivencia de los profesores con los alumnos fue la mejor divulgación de la Formación Profesional de Xativa. Y un motivo importante de la buena convivencia fue, sin duda, el desarrollo lúdico de prácticas deportivas dirigidas y organizadas por el profesor de Educación Física, con quien todo el claustro de profesores se había solidarizado en un día de huelga por la reivindicación de su colectivo respecto a la equiparación retributiva con el resto de profesores de secundaria. Los deportes que se practicaban: fútbol sala, baloncesto y, en menor medida, el badminton. Todos los grupos de aula tenían, al menos, un equipo que los representaba. Las ligas de fútbol y de baloncesto tenían partido todos los días, excepto cuando el tiempo era adverso o cualquier otra contingencia que lo impidiera. El horario era siempre a mediodía, después de las clases de la mañana y antes de las clases de la tarde. Era una buena solución para ocupar el tiempo, sobre todo para los alumnos que usaban transporte escolar, cuyo número era muy significativo. La práctica deportiva fue un éxito de concentración estudiantil, donde parte del profesorado también formaba parte activa del fútbol sala y de baloncesto. Del deporte aprendían los alumnos que el éxito estaba en la lucha o en el esfuerzo, no en el resultado final que tanto podría ser ganar o perder. Y, por otra parte, el éxito también estaba en la colaboración del equipo para la consecución de objetivos comunes.

 La participación activa de los alumnos en todas las tareas del centro es un recuerdo muy grato y memorable. No nos olvidamos de la facilidad con la que se formó una orquesta entre alumnos de distintas especialidades que en días señalados tocaba por las distintas dependencias del recinto escolar, demostrando con ello que nuestros alumnos poseían también otros valores más allá de los curriculares de cada especialidad. Igual respuesta participativa se obtenía con la convocatoria de concursos literarios de poesía y narrativa corta que con motivo de la fiesta del Patrón de la FP se celebraba cada año. Resultaba sorprendente la cantidad de participantes y la calidad de algunos que pasaban desapercibidos en el devenir de las clases de cada día. Todo ello era una demostración de que la cultura no estaba reñida ni excluida en especialistas de automoción, de electricidad, de metal, de delineación o de administración, pues seguían la consigna de Gregorio Marañón: “Quien solo sabe medicina, ni medicina sabe”.

 Reincidiendo en la idea anterior nos llena de orgullo el recuerdo de las dos revistas que en sendos cursos se llevaron a cabo. La del curso 1983-1984, “INTENTS”, donde una buena participación de los alumnos de las distintas especialidades se mostraron a través de la palabra mediante poemas y breves narraciones de tema libre, así como mediante otros lenguajes del diseño o pequeñas figuras metalizadas, que en ambos casos dejaron constancia de su capacidad de creación y del buen hacer con todas las herramientas de comunicación a su alcance. Y la del curso 1984-1985, “FP-EXPO”, donde la expresión se centraba básicamente en el lenguaje plástico, mediante el cual la inteligencia dejaba constancia de las capacidades que las materias curriculares iban dejando en su formación, desarrollando la sensibilidad, la precisión y el buen gusto por el tratamiento artístico de los temas. Y un asunto, no menos importante, fue la incardinación de los alumnos en el medio donde habitaban, pues los temas expuestos trataban fundamentalmente de los monumentos religiosos y laicos de la ciudad de Xàtiva. Estas vivencias de los alumnos, compatibilizadas con la rutina de las clases de cada día, nos llenan de alegría hoy al recordarlas. En nuestra memoria quedan los recuerdos de otras muchas anécdotas internas y externas que nos obligarían a decir como Neruda : “Confieso que he vivido”. Sabemos por la historia que esa semilla creció y creció y nos sentimos orgullosos. No somos románticos como el Fausto de Goethe que gritó en el espacio: “Párate tiempo que eres perfecto, lo que venga detrás de ti será decadencia”. Los hechos que vinieron después hicieron los mejores cestos con algunas de nuestras mimbres.








LUIS VILLACÉ VÁZQUEZ (1981-1985)



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