“LA PROFE”
Así es como llamábamos al Instituto de
Formación Profesional de Xátiva.
Es el sitio dónde pasamos cinco años de
nuestra vida, en un tiempo que crecimos como personas, gracias, en parte, a la
gente con la que nos relacionamos: compañeros, profesores.
Fue una época, en la
que los compañeros se convirtieron en amigos, algunos para toda la vida.
Los profesores eran más que docentes, eran
personas a las que acudir cuando teníamos algún problema, cercanos,
comprensivos. Sabían de nuestro trabajo, de nuestra vida, nuestras virtudes,
nuestros defectos. Bueno una mayoría, siempre existe algún que otro “toca
collons” pero eran los menos y de los que ya, ni nos acordamos.
Pasamos momentos de tensión, de incertidumbre.
Los exámenes: ¿tendré tiempo para
poder estudiar?, ¿me saldrá bien? . También momentos de alegría. Los
resultados: ¡superados todos los
exámenes!... ¡bieeeen!. Las clases
eran de grupos reducidos, por lo que nos era más fácil relacionarnos todos
juntos.
Éramos un grupo de varias localidades, gente
de Xátiva “Capital” y de las poblaciones cercanas, como de L’Olleria “els de la
montaña”, Alcudia de Crespins, Anna, La Llosa, Novetle, etc.
Nosotros íbamos a clases nocturnas, y visto
desde la distancia, creo que fue un gran esfuerzo el realizado, al pasar cinco
años, trabajando, haciendo tu jornada completa de 8 horas diarias, después
desplazándote a Xátiva, asistiendo a clases por la noche. Y pasar el fin de
semana, con los trabajos, deberes, estudiar para los exámenes.
Lo que es, tiempo libre,
no teníamos. Pero aprovechábamos cualquier momento para juntarnos y tomar un
cafetito o una cervecita. Incluso en el descanso de clases, a veces todo el
grupo junto, incluido el profe.
Eran momentos que disfrutábamos, charlábamos,
nos reíamos y después retornábamos a las clases con más ganas. Recuerdo una
tarde-noche viendo un partido de fútbol legendario de la selección española, el
famoso España-Malta (12-1), en “Ca Xulla” con una cerveza y una “picaeta”.
¡Qué tiempos!. ¡Nos pelamos la clase todos
juntos, profe incluido!. O bien merendando en “La Murta”, desplegando todos los
apuntes de “Prácticas de Oficina” en las mesas, para poder repasar para el
examen.
Recuerdo que alguien, se nos acercó y nos
preguntó, si nos daba sus documentos, le haríamos la Declaración de la Renta. ¡Cómo nos reímos!, ¡creyó que éramos de
una asesoría!. Supongo que para los profesores, tampoco era fácil, pues a las
10 de la noche, todos estábamos cansados y con ganas ya, de irnos a casa, pero
ellos intentaban que las clases fueran lo más amenas y entretenidas posible, y
dejaban las asignaturas menos conflictivas para las últimas horas.
Quiero agradecer desde aquí, a todos los profesores que fueron un ejemplo para nosotros y algunos fueron un compañero más, un amigo más, entre los que destaco a mi profe “Emilio Sala Benimeli”, siempre te recuerdo con mucho cariño. También, cómo no, a todas las personas que con su tesón y pocos medios, lograron terminar sus estudios. Un besazo a todos mis compañer/as-os. En resumen: ¡¡¡Un diez para todos!!!.
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Isabel Semper Aparicio
FPI – FPII ADMINISTRATIVO-Nocturno (1984-89)
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